Cuando era divertido de Eloy Moreno

 


Cuando abres un libro de Eloy Moreno sabes que vas a encontrar algo especial, una lectura ligera, sencilla pero que va a llegar a algún lugar de tu interior. Eloy sabe ponerte delante de situaciones de la vida cotidiana. En "Cuando era divertido" nos coloca junto a Ale y Ale una pareja que se descompone, una historia de pareja a punto de la ruptura. Eloy utiliza el equívoco que puede provocar los diminutivos para que nunca sepas de cierto a quien se refiere. Sin acontecimientos relevantes durante su trama se centra en las emociones y sentimientos de los protagonistas. Su escritura te obliga a detenerte para hacerte reflexionar sobre escenas que dibuja y que son totalmente reconocibles, en este caso para todo aquel o aquella que ha vivido o vive en pareja. Son situaciones reales en las que has nadado o naufragado alguna vez y en muchas de ellas seguro que has utilizado el ruido externo para obviar esa mirada reflexiva que podría llevarte a un más allá. En definitiva, la historia te acerca a una mirada de la que aprender o mejorar aquello que tienes dentro de tu propia casa.  

Gracias @eloymorenoescritor lo has vuelto a conseguir. Salgo de tu historia con el corazón más cerca de mí, feliz de valorar lo que tengo. Cosa que agradezco infinito.

Quiero felicitar a Eloy por el aviso sobre que esta historia está dirigida a unas personas en concreto, no es lo mismo leer esta historia desde la inexperiencia de vivir en pareja estable. Estable por el tiempo que dura esa unión.

Es una novela que con la sencillez habitual de trama nos explica la ruptura por una infidelidad de una pareja que lleva tiempo viviendo una relación estancada, viviendo como compañeros de piso más que como pareja enamorada. 

Ale y Ale son los nombres de los protagonistas, Alejandro y Alejandra pero que en diminutivo resultan iguales y por lo tanto imposible de descubrir quien habla, quien actúa o quien piensa. En las primeras páginas a una mente como la mía que le gusta tener todo controlado le incomodaba no saber a quién se estaba refiriendo el autor. Además, que pronto te das cuenta de que es un aspecto que ha cuidado utilizando vocabulario genérico para no dar ningún tipo de pista. A medida que ves avanzar la historia te es igual saber quién es quién. En un momento de la lectura deje de luchar por saber quién era quien y era yo quien adjudicaba la persona a la acción que al fin y al cabo supongo que era lo que Eloy pretendía dando esos nombres a los personajes. Las emociones, los sentimientos son iguales para ambos los comparten en la misma medida. Aquí reside la importancia del que se explica por lo tanto no es necesario adjudicar las acciones a un personaje en concreto.

Es un descanso ver en el espejo de los personajes de la historia tus propios miedos y fantasmas, tus carencias emocionales que vives aceptándolas como algo sin remedio. Aprendiendo a través de la lectura el lugar al que deseas llegar. También es una suerte llegar a este libro para valorar aquello que se tiene.

Bien, ya he leído la última novela de Eloy Moreno ahora toca esperar la siguiente de la que dice no tiene idea porque en el 2023 se va a centrar en la serie de “Invisible” el único libro que no he leído y cuando he sabido que hacían una serie con él ya he sabido por qué no lo había leído. Jamás me ha gustado leer un libro después de ver la película por lo tanto veremos qué pasa en esta ocasión. Si veo la película o leo el libro.

📷 El escritor Eloy Moreno en una imagen de archivo de Europa. Isabel Infantes

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