Los ingratos de Pedro Simón

 "Los ingratos", un título que inicialmente parece extraño, aunque hagas hipótesis durante la lectura. Será en las últimas páginas, cuando la familia de David abandona el pueblo donde prácticamente sucede toda la novela cuando descubres el porqué de este.

Una novela donde sentirnos identificados junto a los que viajaron en un Simca 1000 como la familia de “Los ingratos”, o los que lo hicimos en una vespa con sidecar y más adelante también sin cinturón de seguridad en un Citroën 2 CV.

 Los juegos de los niños, los programas de la tele, las comidas, los deberes de la escuela, una tarde de domingo volviendo de una excursión escuchando por la radio del coche, el carrusel deportivo, la primera votación democrática, ... Detalles como estos son explicados en el libro y me han traído recuerdos de mi infancia y mi adolescencia.

Pedro Simón pone delante del lector la nostalgia por el tiempo vivido,  la maternidad, el amor filial, la mujer trabajadora en los años 70, la vida rural versus ciudad, la infancia, la adolescencia con su difícil tránsito, los amigos, las tiendas de ultramarinos, … Y la INGRATITUD que va a remover más de una conciencia. 

Una historia explicada a diferentes voces, la del narrador externo que nos pone en contexto y las de los dos protagonistas, David, el niño y la Emérita, la mujer de pueblo que llegará a la familia de David para cuidarlos y encargarse de las tareas domésticas. Emérita llega a ocupar un lugar muy importante en la vida de David y viceversa. Una relación que se nos explica desde dentro gracias a sus roles como narradores. 

Ante nosotros, página a página, va creciendo un amor materno-filial entrañable. El amor incondicional de la Emérita invade el espacio-madre en el corazón de David. Me ha emocionado el personaje de la Emérita, está lleno de humanidad, te conquista por su sabiduría desde la sencillez, es de esos personajes que no se olvidan que traspasan para quedarse.

Hace tiempo que tenía este libro en la lista de pendientes y sabía que lo leería, porque tenía la seguridad que me encantaría pasar unos días entre sus páginas, algo difícil de afirmar de los muchos aspirantes a mi lectura de la pila de pendientes.

Con esta novela, Pedro Simón recibió el Premio Primavera de Novela de 2021. De este escritor leí antes "Los incomprendidos" cuando todo el mundo todavía estaba hablando de “Los ingratos”. Historias totalmente distintas, pero con un uso del lenguaje similar. Con sentimiento a flor de palabra, salpicado de metáforas y con infinidad de frases cercanas al lenguaje poético, o a veces llenas de sencillez y otras de sentido común que dejan al descubierto con claridad meridiana, verdades inmensas, imposible de rebatirlas.

“Votar estaba bien. Pero que en el pueblo no se pudiera decir en voz alta lo de la flor, me daba a entender que eso de la democracia tenía mucho que mejorar”

En esta historia además he vivido un sentimiento de nostalgia muy real. Una infancia en solitario, con amigos y hermanas en el caso de David pero con un ausente importante la figura de la madre. 

“Cuando llegaba a casa, mi madre era la mitad de tranquila y de organizada y de alegre y de guapa que la señorita Mercedes”.

Para David el rol de madre lo suplanta la Emérita. Una mujer toda humanidad, llena  de amor pendiente de regalar y eso ayuda a cobijar a David durante su infancia. 

“La que más nos escuchaba era una sorda…”

La Emérita regala amor sin medida, por ello es difícil devolver esa inmensidad. Aunque injusto para ella, resulta creíble que perdido el contacto físico del día a día sea difícil devolver su entrega.  Aquí será donde la actitud de David y familia será considerada ingrata.

Explica Pedro Simón en este video-entrevista que cuando escribió este libro "la boca le sabía a sangre". A mí me gusta recoger la voz de los escritores cuando hablan de sus libros.

 

Quedo a la espera del próximo libro de Pedro Simón “Los incomprendidos” me gustó y “Los ingratos” me encantó.