Luz de febrero de Elisabeth Strout
“Luz de febrero” de Elisabeth Strout es un conjunto de relatos que suceden alrededor de Crosby un pequeño pueblo ficticio donde vive Olive Kitteridge. Este personaje protagoniza algunos relatos, en otros surge en un momento relevante o no y en otros alguien la conoce por lo que se habla de ella escuetamente.
Olive tiene setenta años, es una maestra jubilada, viuda y casada por segunda vez, con hijo que vive lejos, con el que no tiene una relación cercana. Posee un carácter peculiarmente agrio, no dulce. Es la protagonista de una novela anterior de Elisabeth Strout, que al no haber leído, la conoceré a través de las terceras voces o comentarios que surgen en los diferentes relatos de este libro. Resulta una forma curiosa de conocer un personaje.
Aunque Olive Kitteridge, como decía, no protagoniza todos los relatos, es la que da unidad al conjunto, por lo que al acabar el libro tienes la impresión de haber leído una sola historia. El resultado creado por la escritora no es un libro de relatos, es un puzzle donde diferentes vidas encajan a través de Olive y de Crosby el pueblo costero donde ella vive. En “Luz de febrero” la ambientación es tratada como un personaje más junto a Olive.
Ha sido una lectura agradable a pesar de la tristeza, la soledad que recogen muchas de las vivencias que se explican. Aunque todas ellas son tratadas como momentos naturales, habituales en la vida, transformando la amargura que pueden despertar en una tierna realidad.
Elisabeth Strout ha recogido de forma brillante los hechos cotidianos que ocurren a las personas. Al estar vinculadas a un mismo lugar, recibes la sensación de estar sentada en el bar del pueblo, viéndolos pasar y conociendo sus historias. Las pequeñas tragedias o alegrías que les suceden y que convierten la vida de cualquiera en algo importante. Llegas al último relato con las ganas de que continúe, sintiendo el deseo de no separarte del lugar y la curiosidad de conocer a más personajes.
Hacía mucho que había leído a Elisabeth Strout en “Me llamo Luci Barton” y a pesar del tiempo que ha pasado aún recuerdo detalles (madre e hija hablando en una habitación de un hospital) y eso en mí, con mi flaca memoria lectora, significa que me dejó una profunda huella. La que solamente me deja grabada una lectura superdiez.
Leer “Luz de febrero” de Elizabeth Strout me ha abierto el apetito de leer “Olive Kitteridge” novela la que la escritora recibió el Premio Pulitzer en 2009.
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