El medallón de fuego de Carla Montero

 Carla Montero es una escritora de mis habituales (Tabla Esmeralda, El jardín de las mujeres Verelli, El pastel de manzana de Nathalie, El medallón de fuego) y lo seguirá siendo porque sus libros siempre me deparan momentos relajados y distraídos de lectura. 



El Medallón de fuego es la continuación de la Tabla Esmeralda. O no, porque ambas historias se pueden leer por separado y una no necesita de la otra para explicarse. Es lo que explica la autora cuando presenta su novela. Ahora bien, en ambas historias se mueven los mismos personajes principales y la autora en el Medallón hace referencias constantes a la búsqueda de El Astrólogo por parte de Ana, la protagonista. Referencias que, si no las recuerdas, como es mi caso, te hace creer que te estás perdiendo alguna cosa. Una sensación que no me ha gustado sentir.

A banda de eso, el Medallón de Fuego es una novela escrita para disfrutar tiene casi todos los ingredientes que un lector puede pedir a una buena lectura de evasión: aventura, misterio, acción, romanticismo, historia…

Carla Montero ha utilizado dos líneas temporales separadas utilizando el Medallón como elemento compartido. Una línea situada en el pasado, haciendo referencia a finales de la Segunda Guerra Mundial. Una trama que parece independiente, a la que inicialmente no le encuentras la conexión. Está protagonizada por Katya una mujer española de padre ruso que de niña durante la Guerra Civil fue sacada de la España como muchos otros niños. Mujer que se alista en el ejército ruso para luchar contra los nazis. Una segunda trama situada en la época actual donde tenemos a Ana una especialista en Arte que investiga donde puede estar el Medallón. Ana y otros personajes de esta trama repiten en la anterior novela “La Tabla Esmeralda”.

Las dos tramas muy interesantes, especialmente la centrada en Katia por el encuadre histórico, por el ambiente y los hechos que relatan. En ocasiones me he llegado a perder por el gran número de personajes que surgen en el relato. Y especialmente porque en cada una de las partes necesitaba un tipo de lectura diferente. Me causaba la impresión que la trama actual de Ana era una narrativa fácil, fresca y de comprensión totalmente asequible sin excesiva atención. En cambio, la trama de Katya precisaba de mi una mayor concentración para captar todo lo que explicaba, exigía de un lector más atento. 

En el momento que captas la unión de las dos tramas, aunque se mantienen separadas bastante tiempo el interés sube muchísimo. En ese momento puedes participar con tus propias deducciones cual puede ser el final de la historia. Es aquí cuando te quedas atada al libro y no puedes dejar de leer.


Recomiendo leer está entrevista de Marisa a Carla Montero publicada en su bloc de Lecturápolis y que despertó mi interés por leer este libro.


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