El panadero que horneaba historias de Carsten Henn

 




El panadero que horneaba historias
de Carsten Henn. Este libro me ha gustado entre otras muchas cosas porque me ha conectado con algunos de los momentos que paso en la cocina. 

Cuando Giacomo el panadero muestra a Sophie como debe tratar la masa del pan para conseguir aquel pan que ella quiere “o debe” lograr me ha conectado con mis ollas y sartenes. Cuando guiso aquella receta que no existe en ningún lugar que va naciendo entre mis manos, que va saliendo sola sin seguir una pauta determinada o sin copiar una anterior. Esto se convierte en uno de esos momentos creativos que disfruto muchísimo. Cocinar siguiendo una receta pautada de otra persona está bien cuando quieres lucirte delante de alguien, pero la satisfacción que produce crear un plato sin copia es una sensación vibrante. Son esos momentos de cocina los que realmente disfruto, aquellos donde el aroma de los alimentos o el color que adquieren con el calor de fuego te van indicando cuál es el paso siguiente por realizar o el ingrediente a añadir en ese instante. Generalmente, son momentos que no me gusta compartir con nadie por la inseguridad que me produce que alguien entre en la cocina y pregunte que estoy haciendo, no sabría responder a ciencia cierta esa pregunta.

Sophie es una mujer, no joven, bailarina de ballet, a la que una lesión de tobillo la aparta de su profesión. Con ello se ve obligada a aceptar un trabajo en la panadería de su pueblo. Giacomo es el panadero que convierte su habilidad de hacer pan en una lección de vida para Sophie.


Durante la elaboración del pan, la paciencia y la escucha activa serán ingredientes esenciales. Giacomo enseña a Sophie a sentir la masa entre sus manos, a dejarla hablar y lo más importante, a escucharla para saber todo lo que esta necesita antes de introducirla en el horno.


Mientras Giacomo enfatiza como debe elaborarse el pan y va enseñando a Sophie a establecer un paralelismo entre ese proceso y la vida. Lo hace de una forma sencilla, sabia y enternecedora, lo que convierte la lectura en un momento conmovedor, al que estás deseando volver cuando ves el libro al lado del sillón.


Dos personajes, Giacomo y Sophie que inicialmente no tienen nada en común, con un pasado y un presente escondido que vamos descubriendo, poco a poco, entre hogaza y hogaza de pan. Comparten esos momentos de creación y aprendizaje en un ambiente de paz y confidencia, capaz de hacerte vivir una gran sensación de paz durante la lectura. 


La corteza, la fermentación, la levadura, el horneado, miga y sal son los capítulos del libro que tienen que ver con el proceso de creación de una pieza de pan y que el escritor ha sabido ensamblar con momentos de la vida por el que todos hemos pasado alguna vez. Algo especial debe tener la harina, cuando en época de pandemia desaparecía de los estantes de los supermercados, ya que en todas las casas nos dio por acogerla para transformarla en alguna cosa comestible que compartiríamos en familia. 

El panadero que horneaba historias es un libro lleno de esperanza y ternura que recomiendo leer con un lápiz al lado para ir recogiendo las frases maravillosas que va regalando.




Carsten Henn es un escritor alemán nacido en Colonia el 29 de octubre de 1973. Estudió periodismo. 

Desarrolla su carrera como periodista especializado en enología, trabajando también como crítico gastronómico. Ha publicado artículos y libros relacionados con su especialidad, algunas novelas negras y una novela que junto a este que acabo de leer me ha llamado mucho la atención:“El hombre que paseaba con libros” que habrá que leerlo para saber donde nos lleva, espero que sea a momentos tan esperanzadores como la lectura de “El panadero que horneaba historias”.

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