Las lealtades de Delphine de Vigan

 


“Las lealtades” una novela breve de Delphine de Vigan, una novela repartida entre cuatro personajes, dos mujeres y dos adolescentes, atrapados por el sentimiento de lealtad. La lealtad familiar es un pacto casi genético, un sentido del deber con kilos de silencios en el que viven Theo, Helene, Mathis y Cecile. Un libro que me ha recordado “Las gratitudes” de la misma autora. Con ese lenguaje sencillo, bello sin necesidad de mucha floritura para conseguirlo.

Duele cuando lees la vida de un adolescente como Theo. Las historias de niños no felices me golpean. Es como si la piel se hiciera más sensible, como si perdiera alguna capa protectora parece que aquello que le ocurre al niño-personaje penetre más hondo por mi piel. 

Theo es un niño de 12 años que bebe alcohol (whisky, vodka) para adormecer el dolor y acercarse a la muerte. Acompañado por Mathis, amigo del instituto, que huyendo de su propia soledad bebe junto a él. Observado por Helene, la profesora del instituto, una mujer con una infancia llena de abusos que la llevan a ver el mundo de Theo de una forma obsesivamente enfermiza. Repudiado por Cecile la madre de Mathis, la mujer que habla sola que sumará a sus neuras matrimoniales la necesidad de separar a su hijo de Theo. Los viernes Theo debe hacer la maleta (ignorado por su madre y su padre) para cambiar de casa familiar durante una semana porque un juez decidió un día que esto era lo mejor para él. Nunca más nadie se preocupó de revisar esa situación como ocurre en estos casos vaya bien o mal para el menor.

Theo es el personaje alrededor del que circula la acción y la trama del libro, aunque los otros tres personajes se muestran con entidad propia en forma de tramas independientes.

Deseo levantar una lanza en favor de Helene, esa profesora que se obsesiona (no quiero desvelar muchos detalles) por ayudar a su alumno Theo. Se enfrenta a la dirección del centro, intenta hacer partícipe al Claustro del centro donde trabaja de la situación de peligro en la que se encuentra un alumno de su clase. Por último, aunque equivocándose, se acerca hasta la madre del alumno para hacerle saber cómo ve a su hijo y acercarse al conflicto familiar. Una acción para valorar, aunque no salga muy bien parada de la situación.

La lealtad familiar es ese pacto grabado genéticamente que nos ata a una situación a pesar de los propios sentimientos. Simboliza una cadena que limita la libertad de los individuos, por el hecho de estar en el seno de una familia en concreto. Son valores, rutinas, conceptos ocultos en el si del árbol familiar. Delphine de Vigan muestra a sus personajes atrapados por ese sentimiento de lealtad. Ella no toma partido. Los explica sin juicios, de esa forma magistral tan suya que te distancia inicialmente. Pero que como lectora cuando ya estás dentro te has acercado al contexto, a los personajes, empiezas a formar opinión propia quedas retenido a las palabras de Vigan. 

Acabas reconociéndote dentro de ese extraño sentido del deber, que ella llama lealtad, el mismo que te ha llevado a no actuar, a silenciar o a realizar algo que no hubieras realizado si no fuese por ese sentimiento de “lealtad” que llevas grabado en algún sitio de tu ser. Esa fidelidad, esos silencios que pensamos que nos salvan y que en más de una ocasión nos enjaulan. Con la pretensión de evitar provocar una discusión que avive un fuego al que tememos. 

“Las lealtades” dicen que es un libro sin datos autobiográficos de Delphine, algo que no puedo saber, aunque si que he notado que domina esos lazos familiares que se crean en el entorno familiar tejiendo de forma magistral esa red de fidelidades en las que más de una nos sabemos reconocer.

Un libro al que con tiempo y ganas de reflexión debemos acercarnos en algún momento. Cuando leí en alguna reseña las primeras palabras que la autora escribió en su libro hablando de la lealtad, me decidí a subirlo en la lista de pendientes: 

"Son lazos invisibles que nos vinculan a los demás -lo mismo a los muertos que a los vivos-, son promesas que hemos murmurado y cuya repercusión ignoramos, fidelidades silenciosas, son contratos pactados las más de las veces con nosotros mismos, consignas aceptadas sin haberlas oído, deudas que albergamos en los entresijos de nuestras memorias.

Son las leyes de la infancia que dormitan en el interior de nuestros cuerpos, los valores en cuyo nombre actuamos con rectitud, los fundamentos que nos permiten resistir, los principios ilegibles que nos corroen y nos aprisionan. Nuestras alas y nuestros yugos. Son los trampolines sobre los que despliegan nuestras fuerzas y las zanjas en las que enterramos nuestros sueños."



Delphine de Vigan 
(Boulogne-Billancourt, Francia, 1 de marzo de 1966)


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