Salvo mi corazón, todo está bien de Héctor Abad Faciolince


Conocí a Héctor Abad en “El olvido que seremos” a través de la pantalla, una noche de aquellas donde una peli es una buena opción. Me encantó la historia y me arrepentí de no haberla leído antes. 

 Cuando cayó en mis manos “Salvo mi corazón todo está bien” me puse a leerlo de inmediato. No quería que un cineasta (aunque admiro la puesta en escena de Fernando Trueba) me mostrase su personal perspectiva de los personajes o la construcción de la trama de esta novela de Héctor Abad. 

Puedo leer un libro y después ver la película, pero rabio cuando veo una peli que me gusta mucho (gracias a Trueba) y ya pierdo el interés por leer el libro. La lectura de los libros siempre gana a las películas que he visto después. En las películas tienes tantas interpretaciones resueltas que para mí pierde encanto la lectura.

En esta novela Luis de Córdoba, un cura, amante del cine, de la ópera y de la comida, por ello es llamado “El Gordo”, se ve obligado, por recomendación médica, a cambiar a un domicilio sin escaleras donde pueda ser cuidado, allí esperará el corazón con el que será trasplantado. 

En este cambio de residencia, encuentra la primera de las paradojas, esperar la muerte de alguien para huir de la propia muerte. Mientras reside en la misma casa donde viven dos mujeres con sus tres hijos saborea la vida familiar que no ha tenido antes a pesar de su edad. La cotidianeidad le permite imaginar en que consiste la vida matrimonial. Córdoba reconoce ese vacío en la vida de religioso que ha llevado. La nueva vivencia le hace cuestionar las creencias que ha sustentado su vida hasta el momento. La novela se centra en esa lucha interna que vive Córdoba mientras espera ese corazón que le podría dar más tiempo de vida. 

La novela es explicada por dos narradores, aunque el mayor peso recae en Aurelio, Lelo, el amigo de Córdoba que ha vivido con él hasta que le aconsejan cambiar a una casa adecuada al estado de su corazón. El otro narrador que solo interviene como tal al principio y al final de la novela, es Joaquín el marido separado de Teresa.


Es un libro en el que hay que superar las primeras cuarenta páginas para después poder sentarse con él entre les manos y poder empezar a tocar, respirar y ver lo que está sucediendo. Con Héctor Abad la narrativa te envuelve de tal manera que pareces compartir casa con los personajes del papel. Imprescindible serà sentarse con un pañuelo cerca. para algún capítulo. Deliciosa la descripción que narra las sensaciones de Córdoba cuando siente la mano cálida de Darlis sobre la piel de su espalda.  

La espera del corazón es larga. Córdoba está muy gordo, (le llaman “El Gordo”) por lo que encontrar un donante viable con sus medidas es complicado. Obedeciendo a sus médicos se acomoda en la casa de Teresa que acaba de separarse. Con los dos hijos y con Darlis  (una especie de criada amiga) y la hija de ésta. Entre todos forman una familia especial.

El calor del cuidado que le ofrece Darlis, la oportunidad de vivir cerca de niños, le hace añorar aquello que por su vida de presbítero no ha podido tener. En algún momento del libro se dice que "el matrimonio es como una fortaleza donde los que están dentro quieren salir y los que están fuera quieren entrar”. 

Él ha sido feliz en su vida de cordeliano (el nombre de la orden hace referencia al corazón), ha podido disfrutar de su pasión por el cine y por la ópera, ha podido compartir y desarrollar esa afición, conoce la sincera amistad a través de Aurelio con el que ha convivido hasta ahora, pero viviendo en esta casa sin escaleras comprueba que su corazón vive mejor. No sólo en lo físico, sino que también en lo emocional. Encuentra ese calor que antes no había conocido. Puede incluso llegar a experimentar como seria ser padre con los hijos de Teresa y Darlis. De todos es sabido que lo que no se conoce no se extraña, pero cuando se conoce y no es posible disfrutarlo, se desea. Ese deseo trastoca las creencias más arraigadas en Córdoba. Nos hacen ver a Córdoba como un cura bueno, por lo humano, que se hace estimar.

Lelo (Aurelio) el amigo de Córdoba nos narra estas reflexiones en las que se debate su amigo. Así como una extensa explicación sobre el funcionamiento de su corazón y la operación de trasplante a la que será sometido. Hablo de ella porque me ha sorprendido tanto detalle.  Después escuchando a Héctor Abad en la presentación del libro entendí de donde salía tanta información.

Video de la presentación del libro con David Trueba y Héctor Abad.

https://www.youtube.com/watch?v=sLQPRVonKeY 


Una simpática presentación del libro, con David Trueba muy interesante para conocer de donde surgen las ideas de H. Abad para escribir el libro. 

Héctor Abad explica que su inspiración viene de un cura Luis Alberto Álvarez. Un cura crítico de cine que enseñó a ver cine con ojo crítico. También con problemas de corazón, murió tras una operación de corazón donde se aplicó una técnica experimental. Luis Alberto también fue aconsejado por los médicos trasladar su domicilio a una casa sin escaleras. Coincide que va a vivir con unas mujeres con hijos. Pero aquí acaban todas las similitudes. Héctor Abad asegura que no es una biografía, sino que utiliza esos hechos para describir y novelar los sentimientos y reflexiones del cura con el cambio de vida que le supone el cambio de entorno cotidiano. Por tanto, lo relatado en la novela es ficción.


Como dato curioso en el video nos dice con mucha sorna que él es un enfermo muy preguntón que estudia profundamente sus enfermedades, con salero explica que cuando enfermó del corazón investigó las enfermedades del corazón. Por lo que este conocimiento lo utiliza en esta novela.

También nos explica de donde salió el título de esta novela. Primeramente, nos dice que editores y personas entendidas del mundo editorial le desaconsejaban que la palabra: “corazón” estuviera incluida en el título, cosa a la que hemos comprobado no hizo ningún caso.

"Salvo mi corazón todo está bien" será el título escogido. Frase incluida en la poesía: “Soneto con una salvedad” de Eduardo Carranza y que el padre de Héctor le dio a conocer, recitándola en contadas ocasiones. El padre de Héctor era un ávido lector de poesia.

SONETO CON UNA SALVEDAD

Todo está bien: el verde en la pradera,
el aire con su silbo de diamante
y en el aire la rama dibujante
y por la luz arriba la palmera.

Todo está bien: la frente que me espera,
el azul con su cielo caminante,
el rojo húmedo en la boca amante
y el viento de la patria en la bandera.

Bien que sea entre sueños el infante,
que sea enero azul y que yo cante.
Bien la rosa en su claro palafrén.

Bien está que se viva y que se muera.
El Sol, la Luna, la creación entera,
salvo mi corazón, todo está bien.

Eduardo Carranza

Curiosidad que encontré cuando quedé impactada por la película de "El olvido que seremos":

https://www.facebook.com/watch/?v=2573814792870491

En este video Héctor Abad recuerda el asesinato de su padre también llamado Héctor Abad, un médico activista muy reconocido por los defensores de los Derechos Humanos. También podemos conocer a su madre. El video es muy interesante recoge muchos de los hechos que podemos leer en su libro o ver en la película de Fernando Trueba “El olvido que seremos”


Biografia

Héctor Abad Faciolince nació en Medellín (Colombia), en 1958. Estudió Lenguas y Literaturas Modernas en la Universidad de Turín (Italia). Además de ensayos, traducciones y críticas literarias, ha publicado, entre otros, los siguientes libros: Asuntos de un hidalgo disoluto (Alfaguara, 1994), Tratado de culinaria para mujeres tristes (Alfaguara, 1997), Fragmentos de amor furtivo (Alfaguara, 1998), Angosta (2003), El olvido que seremos (2006; Alfaguara, 2017; llevada al cine en 2020 por Fernando Trueba, reconocida por los festivales de Cannes y San Sebastián y ganadora del Goya 2021 a la mejor película iberoamericana y de cinco de los principales premios Platino 2021). 



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