El viento conoce mi nombre de Isabel Allende


 Isabel Allende en “El viento conoce mi nombre”.

Isabel se ha puesto la capa de denuncia para explicarnos una realidad actual que padece la emigración. Para hacerlo ha unido dos historias, una, la huida de niños durante el genocidio nazi a otros paises para ponerlos a salvo, circunstancia que vivió Samuel en 1938 uno de los protagonistas. La otra la de Anita (Arizona 2019), una niña ciega que llegó a la frontera de Estados Unidos con su madre huyendo de su país cuando una ley recién estrenada las obligó a separarse allí mismo, Anita a partir de ese día inicia un doloroso periplo en solitario.  

Sabiamente Isabel Allende entremezcla las dos historias para removernos con su lectura. Si aquello que sucedió en el pasado, nos horroriza cuando lo recordamos, lo que está sucediendo actualmente con infantes obligados a emigrar para salvar sus vidas nos debe horrorizar en el mismo grado. 

La novela no resulta dura de leer, la dureza resulta saber que lo que le sucede a Anita en la ficción está sucediendo a muchos niños y niñas que con sus padres o sin ellos huyen de sus países por razones similares, por algo tan importante y sencillo como intentar salvar sus vidas. 

Sucede en nuestro Mediterráneo, sucede en la frontera de los Estados Unidos y sucede en muchos campos de refugiados donde esperan alguna salida de futuro. Mientras …, nosotros miramos desde nuestras casas.

Creo que la escritura de este libro de Isabel Allende no perdurará en mi recuerdo por cómo está escrito, sino que lo hará por la realidad que explica, por la intención de que nos rebelemos contra el contenido de lo que explica.

Destaco que vuelvo a disfrutar con la caracterización de los personajes creados por Isabel para explicarnos sus historias. Samuel es un hombre ahora con más de 80 años que nos describe la noche vivida cuando huyen de su casa para finalmente huir en un tren hacia Inglaterra abrazado a un violín y en su ahora cuando acoge a María. En Austria con apenas siete años su madre (que no hace una madre por salvar la vida de su hijo) lo coloca solo en un tren para que lo lleve hasta Inglaterra donde pueda salvarse del exterminio nazi. Conocemos su pasado unido a un violín y a una medalla del hombre que ayuda los últimos días de su madre. Será el quien en la actualidad conectará con María la niña ciega de siete años que huyendo con su madre desde El Salvador ha llegado hasta la frontera estadounidense donde por una ley incomprensible son separadas. María es la otra protagonista de la historia a la que le han pasado demasiadas desgracias en su vida. 

«Primero murió su padre, después la hermana, perdió la vista, casi mataron a su madre, tuvo que dejar su hogar y a su abuelita, y aquí la separaron de su mamá y se quedó sola». (Página 156)

La niña se convierte en un símbolo de lucha por la supervivencia. María ha creado un mundo mágico: Azabahar, que la mantiene conectada con los seres que estima. Un mundo que solo compartirá con quien bien la entiende, con Samuel. Samuel empatiza con ella por lo vivido cuando tenía su edad, verse en la niñez en solitario sin ningún familiar próximo.

Existen otros personajes creados por Isabel que vienen a simbolizar la esperanza en la humanidad. Son Selena, una trabajadora social y Frank, un abogado que juntos lucharán hasta conseguir estabilizar la situación de María y trabajan para buscar la madre de María. 

Una constante en los libros de Isabel, por más terribles que sean los actos de la humanidad, es dejar una puerta abierta a esa esperanza y es lo que pretende con el final de la historia. Sin dejar de denunciar una realidad a la que nos enfrentamos en la actualidad. Basándose en la comparación del terror que nos produjo saber del genocidio nazi con lo sucedido actualmente en las fronteras estadounidenses.

Ahora bien, tengo un pero, no he acabado de conectar con los personajes, ese ritmo típico en la escritura de Isabel que va penetrándote y te hace enamorar de sus protagonistas no lo ha conseguido con este libro. 

Desarrolla temas muy dolorosos como la separación de la familia, la guerra, la violencia política, la emigración, los refugiados, temas todos ellos de mi interés, que me ha hecho leer gustosamente “El viento conoce mi nombre” pero que no me han llegado a emocionar como yo esperaba. 

Me gustaría preguntarle a Isabel Allende algunas cosas sobre ello.

Si te decides leerlo me gustaría saber tu opinión.

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Es un privilegio poder escuchar directamente a Isabel Allende explicar el contenido de su libro aquí dejo el enlace:





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